25/5/13

Recordando una batalla al despertar.


A veces, todos nos levantamos una mañana con esa sensación extraña… Una sonrisa a medio camino, unos ojos a punto de llorar o aquel abrazo que no llegó nunca, vienen entonces  a nuestra cabeza, recordándonos ese día lo que pudo y no pudo ser.

Antes el camino era mi medio para llegar a lo más alto, en estos momentos sólo es la cuesta que necesito superar para descansar, sentarme y observar. No quiero ruidos que me perturben ni caricias que me espanten pero si guardar la espera de ese abrazo que nunca llegará.

31/8/10

En sentido contrario

He notado un nuevo reflejo
preso de la pena
cautivo en el espejo acentuándose mis arrugas;
Y con ellas, mi condena.

He notado tristeza,
inmersa, tras mis chispeantes ojos,
antiguos cazadores de relámpagos ocultos entre la maleza,
culpables de que cada tierra no posea siquiera un buen matojo.

He notado como me pesan los recuerdos
cuando pretendo salir a flote,
nadando en este mar de incertidumbre a contratiempo,
esquivando el momento para tomar otro bote.

He notado el silencio presente al consumirse cada melodía,
dos partituras perdidas en un mismo incendio
junto a sus compases al caer el día,
encendidos con un efímero latido
prendido con la armoniosa llama de este viejo náufrago enloquecido.

Simplemente, he notado la esencia de tu ausencia.
Son muchos febreros perdidos ya,
los que han naufragado en mi mar
tras acabar hundidos por no saber amar.

Inventos humanos

Hoy me he levantado hambrienta, por lo que para desayunar, he ingerido tres saludos, dos besos, cuatro despedidas y un guiño callejero.

Al final, resulta que me ha sentado mal todo lo anterior, porque no solo se me ha revuelto el estómago, si no la cabeza, que es peor. El motivo no ha sido otro, que el de querer buscar la causa de esos gestos que hacemos cada día, aprendidos desde que empezamos a hacer uso de razón y qué, sin lugar a dudas, serán empleados hasta en nuestros funerales.

Según he estado leyendo, parece que nuestro lado connatural, la parte innata debe asociarse con este tipo de conceptos; la paz, la guerra, la educación... Con una finalidad de supervivencia y adaptación a la convivencia, ¿no? Entonces, no son más que inventos humanos, un mal necesario o eso creo yo, realmente en pocas ocasiones hacemos lo que debemos porque es lo correcto, sin esperar nada a cambio, lo que hacemos simplemente, lo ejecutamos sin pensarlo, repetitivamente durante toda nuestra vida, en cadena.

No somos un rebaño, así que, ¿porqué no elegir cómo hacer las cosas? Tendrán más sentido... Serán más especiales y harán sentir al otro como un individuo capaz de dominar de su vida, no al igual que una pequeña identidad más en este mundo de masas que cumple una función... Tampoco somos hormigas, somos humanos, aprendamos cada uno por nosotros mismos, veamos y juzguemos, respecto a eso; actuemos desde abajo, personalmente.

10/8/10

Algún sitio, algún lugar

Noté que sus ojos casi ni pestañeaban, no dejaba de mirarme ni un segundo mientras iba conduciendo. Le devolví sutilmente la mirada, miré al frente, y no pude evitar sonreír. De reojo, me percate de que toda su atención la estaba volcando ahora en mi boca, aquello me avergonzaba mucho menos, por lo que me fui relajando poco a poco. Me ponía nervioso, demasiado.
- Me pone nervioso.
- Después de toda la noche...Tuteeme, por favor, no accedí a salir a tomar algo bajo ciertos convencionalismos que odio.- me dijo amablemente.
-Discúlpeme entonces. Perdón, - me apresuré a decir- perdona, Eva. No era mi intención.
-Lo sé, no importa.
-Puedo saber, ¿porqué me miras tanto?- me atreví a preguntar- Debo de ser un fósil muy raro, ¿no?

Ella no paraba de reír, siendo arqueóloga aquel pequeño comentario había sido muy adecuado.

-Vamos, Carlo, tampoco me sacas tantos años. Te confieso que mi edad no está muy lejos de la tuya... - cambió de tema radicalmente.
- Quién lo diría, no te pesan nada los años, querida Eva, aunque, rondar los cuarenta tampoco es un problema y menos si no los aparentas.
- Lo sé, esta vida no me ha tratado mal, han sido unos tiempos muy agradecidos, además, soy feliz de haber nacido en una tierra joven- añadió con tono nostálgico, desviando sus bonitos ojos verdes hacia el exterior de la ventanilla del coche.
- Ah, ¿si? Entonces, ¿no eres de aquí, de Madrid?
- Llegué hace unos años aquí. Supongo que legalmente soy de algún sitio, de algún lugar, ya sabes, pero prácticamente, me siento ciudadana del mundo, nunca he permanecido en una misma ciudad más de tres años.
- Vaya. Y, ¿se puede saber al menos dónde la dejo?
-No te preocupes, Carlo... En algún sitio... En algún lugar... - dijo, mientras reía, a la vez que me mandaba una mirada furtiva- La noche es joven, y yo soy una mujer de mundo.

9/8/10

Bitter sweet symphony


Manchas... Empezando por el tobillo, siguiendo el trayecto de sus piernas puedo encontrar unas cuantas más en las rodillas (heridas de guerra, cicatrices inolvidables...), y por último, alguna que otra en la espalda.

Cuando miro mi piel, me acuerdo de la suya, siempre tan suave... Eva, aquella chica de las piernas largas, la de los ojos almendrados y la boca de piñón, a pesar de que, cuando la beso me llena una sensación de alivio, de dulzura, pero no es otra cosa que, la más fuerte de las tentaciones disfrazada de inocencia, como el sabor y la presencia de una fresa.

Miré una vez más su cuerpo desnudo. Observé algunas de sus pequeñas heridas... Y me percaté notablemente de que la mayor de todas la tenia yo, no en la piel, sino, en el interior del pecho; En aquel lugar donde se mezclaba una intensa angustia alrededor de todo lo que sentía hacia ella cuando por mi mente se paseaba la idea de perderla.

El día que se vaya, mi herida será la que más tarde en cicatrizar de todas.

8/8/10

How you remind me

Una persona no pertenece a un lugar tan solo por nacer ahí, es una parte importante, claro está, pero no lo es todo.
Puedes cambiarte de ciudad con quince años, ser nuevo en todos los sentidos y advertir que, paulatinamente, van apareciendo una serie de sucesos y personas que se convierten lentamente, sin que te enteres, en unas pequeñas ataduras que producen que dejes de añorar lo que en un principio eran tus inicios, tus raíces.

Lo que quiero decir realmente es que, creo que el verdadero apego a una tierra no comienza con lo sorprendente que puedan ser sus rincones, porque si no hay nadie que pueda hacerlos especiales, ni llenarlos junto a ti, esos sitios no serán más que un recuerdo.

Un recuerdo por donde un día pasaste o al que puedes volver cuando quieras, pero que no produce nada, que tan solo estanca tus ideas; te aprisiona mucho más y de una forma tan negativa, que lo único que consigue es ir construyendo una barrera tras otra en tu cabeza, que no te deje ver más allá, que tan solo te cree deseos de cambiar de aires.

Como siempre digo; No tengo patria, ni bandera... Tenía un sueño que no me dejaba dormir, deseaba saber donde estaba mi sitio, lo que hacía que muchas noches me desvelase por averiguar en que lugar debería estar realmente...

Pero... ya tengo todas las respuestas, me quedo por el norte.

7/8/10

Under the bridge

Cuando te escucho, siento lo mismo que cuando estoy tumbada entre la hierba de una gran colina, o cuando me dejo cubrir por la arena que el viento mece a sus anchas junto a la orilla del mar.

Quiero oirte gritar cuando ya no quiera escuchar mis propios pensamientos; quisiese oirte susurrar cuando mis pensamientos giran en espiral hasta salir por mi boca con ganas de entrar en tus oidos; Quiero ser música.

Para entrar dentro de tí como esos acordes que tienes por favoritos y escuchas mientras conduces; para crear el ambiente que consigue construir una canción; para ser como un soplo de aire fresco en tiempos bochornosos, sí para ser... Ser aire.

Y acelerar. Acelerar por un largo camino, fumándonos uno de esos cigarritos de la alegría, compuesto de aquella suerte en la que nunca creimos, creado con todos esos momentos en los que actuamos rápido, pensando tras cada calada; abandonando silencios con nombres de personas, una canción nueva; solo tú y yo... Y carretera.

Música.. Aire.. Y carretera, ¿Quién da más?


25/4/10

Experiencia

Llegados a este punto, en el que el corazón se estremece porque ya no siente o en el que la boca ya no contiene alegría si no rigidez porque no sonríe, no expresa, no muestra ninguna mueca de felicidad, podemos concluir con que la vida es dura.

Un momento triste pesa más en la experiencia que su opuesto, porque deja una huella incrustada en algún rincón de tu cuerpo bajo el peso de las consecuencias. Sin duda alguna, son estas las que hacen que retornemos a los antecedentes, por las que en diversas ocasiones abandonamos procesos, a las que nos aferramos cuando estamos de bajón, y, cometemos el error de vivir de un recuerdo.
Una mente llena de reminiscencias no puede causar otra cosa que reacciones ancladas a sensaciones, de diferentes clases, pero eso sí, la virtud existe y lo contrarresta, es decir, el punto medio hallado entre el binomio compuesto por la razón mas el mundo sensible.

Simplificándolo un poco, en ocasiones nos pasamos toda la vida dándole uso a la cabeza, pensando; desde que nos levantamos hasta que logramos dormir.

Dime, ¿cuántas veces te has puesto el traje de cazador de esencias? Atrapar con la mirada algunas impresiones cotidianas, como el color de un kiwi o como varia el brillo de los objetos según sea de noche o de día, o basicamente, prestar atención a las sensaciones que causas en los otros.

Dime, ¿Cuántas veces te has sentido mal? Y, ¿Cuántas bien?
Seguro que muchas de las veces que te has sentido bien has sonreido, y si lo has hecho, significa que te has dejado llevar.
Dejarse llevar marca la diferencia, está claro que en este caso, la razón es inferior a los sentidos, a las ganas de experimentar lejos de teorías que tan solo se reducen a permanecer escritas, además de ser estudiadas.